Ni todo es tan bueno, ni todo es tan malo; pero la verdad es que necesitamos políticos con ideas que quieran construir y no tan sólo destruir. Necesitamos políticos que nos hablen de lo que harían, no de lo que desharían.
Para decir que todo va bien y que no hace falta proyectos nuevos, no nos hace falta nadie; ya nos autogestionamos, si eso, nosotros. Y para decir que todo está mal y es malo, tampoco necesitamos a nadie; los españoles somos muy de criticar y, si eso, ya nos criticamos nosotros solos.
Necesitamos políticos que sean audaces, con proyectos, con conocimiento, ilusión e ideas novedosas. Políticos ambiciosos que no recelosos. Capaces de ver lo bueno en lo de los demás y lo malo en lo propio. Que tomen a los ciudadanos por sus jefes, no por personas a su servicio.
No necesitamos a políticos que insulten y chascarreen; para lo de insultar, no necesitamos a nadie y para lo de las bromas, ya tenemos a los showman de la tele o a los payasos del circo. Hacen falta políticos serios, con ideas y con ganas de esforzarse y trabajar para los demás; para vivir para los demás con vocación de servicio público; no necesitamos a esos con intención de vivir de los demás.
Y, por supuesto, reflexionemos y hagámonos merecedores de los políticos que necesitamos.