La SD Logroñés se lleva el primer derbi de la temperada
Los de Logroño infligieron una dura derrota a los del CD Calahorra que salieron del campo abroncados por su afición
Regresaba Pouso a La Planilla y lo hacía con victoria, aunque esta vez está su victoria fuera visitante. La SD Logroñés se ha hecho con el primer derbi riojano de la temporada. Los de Logroño han ganado por 1-4, remontada mediante, un encuentro en el que los jugadores del CD Calahorra salieron del campo con bronca del respetable.
Los rojillos fueron los primeros en marcar. Lo hicieron en el minuto 28, con un gol de Chus Villar aprovechándose de un error defendivo y una mala salida de su portero. Hasta ese momento habían dominado el encuentro los capitalinos y así siguiéndonosla haciéndolo después.
El empate llegó antes del descanso con un gol del exjugador del CD Calahorra Raul Rubio. De nuevo era un error el que propiciaba el gol. El jugador maño, en un bonito gesto con la que había sido su afición, no quiso celebrar el tanto.
Pudo Jorge Martinez Losa poner a los calagurritanos de nuevo por delante antes de encaminarse a vestuarios, pero el balón del arnedano se estrelló en el travesaño.
Fueron por contra los de Pouso, los que volvieron a marcar al poco de regresar al campo. Otro error del CD Calahorra sirvió para subir el 1-2 al marcador. Pau Miguelez, otro ex local, no desaprovechó la pérdida del balón de Beñat Garro en la frontal del área.
Algo más hubo que esperar para ver el tercero de los blanquirrojos, ese que terminó con la paciencia de los aficionados del CD Calahorra que comenzaron a increpar la falta de compromiso de los de Valencia.
De nuevo, otro error se convertía en gol. Con Raul Rubio como protagonista y con Pau Miguelez empujando el balón se rompió, en la primera jornada de liga, la comunión de la afición con los jugadores.
Con todo definido y con un Calahorra hundido llegó el mejor gol del encuentro. Morales, que había sido negado en la segunda parte, alojaba el balón en la escuadra.
1-4 y la Crianza Rojilla volvía a cantar, ahora ya para recordarle a los jugadores la importancia del escudo que llevan en el pecho. Y al final, bronca y todos a casa. Mañana tocará levantarse de nuevo, estudiar los errores cometidos y trabajar por corregirlos. Quedan 35 jornadas por delante.