Cuando un equipo es líder algo tiene; quizás fútbol, juego, jugadores que marcan diferencias, goles, suerte, pegada… todo esto tiene nuestro equipo, todas esas virtudes se ven domingo tras domingo, partido tras partido; todo eso conlleva una cosa, ser líder.
Ser líder no es fácil, tiene su exigencia, la de no poder fallar ningún dia; estamos en diciembre, hasta la fecha la UD Logroñés lo está logrando, convive bien con esa presión de puestos de playoff. Otro domingo más que duerme líder, un líder sólido que aumenta la ventaja con sus perseguidores.
Para ver al lider cada uno tiene sus formas y maneras. Los hay que alargan más de la cuenta el vermú, ese vermú que afila la lengua y ataca la psicomotricidad; los hay a los que se les vuelve a ver sonreir como a José Antonio, aunque no se muy bien si es porque su equipo es el líder de la categoría o porque su rostro y trabajo sale en el periódico de papel. Jose Antonio es un buen profesional con los neonatos, quizás su bufanda sea de neonato, es pequeña y abriga poco.
Con este panorama y parafernalia, la cita era a las 17 horas. Íbamos llegando a Las Gaunas casi todos; otros se quedaban en la confortabilidad del hogar, dulce hogar, esos también vieron al líder, en televisión sin esa forma alocada, sin ese sentimiento que sólo se experimenta en el campo de fútbol. Aunque sea con un paracetamol por el dolor de cabeza, el fútbol en el campo y, si tu equipo es el líder, con más razón.
El partido comenzó eléctrico. En el minuto 2, Ñoño hizo una jugada de las suyas; regateó, encaró… pero el esférico salió fuera. Claras intenciones del líder; parecía que nos ibamos a divertir, pero nada más lejos de la realidad, esa jugada fue un espejismo.
El partido, en esta primera mitad, fue anodino, sin ocasiones, sosote, pobre de fútbol, marcado al son que propuso el Guijuelo. El equipo ‘chacinero’ juntó sus líneas, propuso poco ritmo, faltas, pérdidas de tiempo… apostó porque no pasara nada ni en las áreas. Jugar contra el lider tiene eso, las alegrias en ataque, el descaro, para otro partido, en otra tarde. Al menos, no en Las Gaunas.
Los minutos pasaban, La UD Logroñés no trenzaba, no fluía. El Guijuelo se defendía, la grada callaba, pura Segunda B, puro fútbol de barro. Iñaki buscó sorprender con un centro lateral envenenado, el balón salia fuera, era el minuto 21. En el fondo sur cada uno buscaba su cobijo, su calor; unos animaban, otros silbaban la perdida de tiempo y las faltas tácticas del Guijuelo, otros los tupper de gominolas y pipas; cada uno tiene su forma de ver y sentir el fútbol, pura vida, siempre en el campo de fútbol, al calor y color de la grada.
En esa grada del líder, Tamara sumaba unas botas rojas Hunter a sus arrebatadores ojos azules, tenía que tocar esas botas, había que buscar el talisman para cambiar la dinámica de la tarde, uno es superticioso, el paracetamol me hacia efecto en esa hora canalla de la siesta, era el minuto 29. Rubén disparó Guillermo paró, tocar esas botas Hunter dio sus frutos; llegó el primer disparo entre los tres palos, algo es algo.
Así se llegó al descanso, el líder no tenía pegada, ni ritmo, ni fútbol. Quedaban 45 minutos por delante, quedaba por ver salir la pegada del lider.
El segundo tiempo empezó igual, el ritmo no aparecía, ni el juego; apareció Olaetxea en el área pequeña, Olaetxea el que todo hace bien, Olaetxea desde la segunda línea, Olaetxea, GOL, 1-0 en el minuto 58; la pegada del líder a escena, esto es fútbol, este el poder del líder; el que somete, el que no concede, el líder que no se descompone, al que no le hace falta el virtuosismo.
Al líder solo le hace falta tener una para dinamitar un partido de fútbol soso, anodino, donde lo único que se pide es marcar y ganar. En esto, la UD Logroñés es la mejor y otro capitulo más se estaba escribiendo.
Un líder necesita también ese pelín de suerte. Minuto 85, remate del Guijuelo y el balón sale rozando el palo derecho de Miño. Con el Guijuelo buscando hacer pupa al líder, un balón al espacio que recoge Alamo, corre, encara a Guillermo, un toque sutil, gol, 2-0. La pegada del lider volvía a escena, partido cerrado, minuto 89.
Otra victoria más del líder que suma 33 puntos, este líder que somete al enemigo con una pegada descomunal. Nadie se acordara del cómo, sólo se acordaran de la pegada del líder.