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Hablamos de Kukic, Kusan, Sergey, Scott, Garciandia y Ligetvári, bajas en en el Balonmano Logroño, y de Fanny, Carla Sánchez, Dani y Sonora, jugadoras que no seguirán en el Grafometal La Rioja

Fotos Logroño (Fernando Álvarez) y Fotos Sporting (Valentín González de Garibay)

Con permiso de las lesiones, nos encontramos en la faceta más amarga del deporte, las bajas y despedidas, más tristes si cabe en el mundo del balonmano, un deporte que en lo positivo de su adjetivo «modesto» consigue y logra crear un ambiente familiar que se extiende a todos los ámbitos del mismo: jugadores, cuerpo técnico y directiva, aficionados, etc.

Los máximos representantes del balonmano riojano, el Ciudad de Logroño y el Grafometal La Rioja, no podrán contar para la próxima campaña con una serie de jugadores de los que, a buen seguro, se les recordará con orgullo y estima, acorde con su gran entrega durante el tiempo que defendieron los colores de uno u otro equipo.

Así, en el Balonmano Logroño podemos contar hasta seis bajas: Lazar Kukic, Tomislav Kusan, Junior Scott, Sergey Hernández, Imanol Garciandia y Patrik Ligetvári. Por su parte, en el conjunto femenino no seguirán Fanny Monrós, Dani de Sousa, Sonora Solano y Carla Sánchez. Hablemos, de forma intercalada, un poco de cada uno de ellos:

Lazar Kukic: el pistolero de Belgrado llegó a la capital Riojana a mediados de la temporada 2016-2017, proveniente del RK Partizán. Tras una mitad de campaña donde debía asimilar la nueva táctica de Jota González, así como aclimatarse a un nuevo país, compañeros y costumbres, la progresión del serbio fue meteórica. Afianzándose en el puesto de central y en la dirección de juego (candidato a mejor jugador en ese puesto), su verticalidad, garra, y dinamismo le convirtió en uno de los hombres importantes del club. Sus grandes actuaciones le abrieron la puerta de la selección donde, de igual forma, se convirtió en un jugador valioso, disputando con ella el último campeonato de Europa y del Mundo. Con más de 100 partidos disputados con la franja, tras anotar 243 goles en Liga, 56 en Europa y 18 en Copa, y después de haber calado, por su forma de ser y actuar, en la afición franjivina, el recuerdo del #24 será imborrable.

Fanny Monrós: la jugadora valenciana, después de militar en equipos punteros como Granollers o Mavi, y en otros como Canyamelar, Lanzarote o San José Obrero, este último equipo en el que estuvo antes de recalar en Logroño y en el que llevaba 102 goles (5 de media por partido), fichó por el Grafometal La Rioja a mitad de temporada de la 2018-2019 para ser un importante apoyo de cara a luchar por una nueva fase de ascenso. Tras tres partidos disputados en los que había entrado con fuerza, el destino se cebó con ella y el equipo; la lateral derecho se rompió el cruzado, poniendo punto y final a lo que restaba de temporada y parte de la siguiente. Siete meses después de estar en el dique seco, de duras horas de trabajo y recuperación, en las que, hay que decirlo, Fanny acortó plazos de vuelta, la valenciana volvía con ganas a encarar nuevos partidos con la camiseta del Sporting. Sin ser la actual una temporada fácil, donde nunca es sencillo entrar en la dinámica de un equipo después de sufrir una lesión de ese grado, la «jirafa» demostró ser una jugadora de nivel, fuerte en la parcela defensiva, y con un importante brazo en la media-larga distancia. Todo esto, junto a su carisma y buen trato con la afición riojana y compañeras, se echará, sin ninguna duda, en falta.

Sergey Hernández: Espectacular. Esta sería la mejor palabra que definiría la actuación del portero ruso-español durante sus dos campañas de franjivino. Después de jugar en Anaitasuna (2015-2018), con intervenciones de renombre que le abrieron el escenario de la selección en 2017 en el «partido de las estrellas», el arquero que militará la siguiente temporada en el PAUC francés, ha sido un seguro de vida en el equipo de Logroño. Con atajadas de todo tipo y con porcentajes de escándalo, el meta se ganó desde el principio a sus compañeros y la afición -con quienes celebraba con sintonía sus paradas sacando el puño al aire-, manteniendo en el partido a los riojanos en momentos transcendentales y decisivos; porque Sergey paró mucho, sí, pero lo hizo cuando había que parar, cuando salen a escena las verdaderas figuras. A falta de confirmación oficial, Rangel Luán, procedente del Bidasoa, será su recambio, un portero de garantías que tiene una labor ardua complicada: hacer «olvidar» a un portero que puso el listón muy alto.

Dani de Sousa: Sinónimo de gol, de perforar la red con sus tantos. La jugadora brasileña, desde su llegada al Sporting en la temporada 2017-2018, ha estado siempre en las zonas altas de goleadoras de la clasificación. Sus 108 goles en la liga regular de la primera campaña, los 133 de la siguiente y los 68 que llevaba en esta, la convirtieron en un arma desequilibrante que, a ritmo de la mejor samba, se empeñó en que las defensoras y porteras rivales tuvieran auténticas pesadillas con ella. A estos hay que sumar 71 tantos más en eliminatorias y fases finales de ascenso, siendo en la última disputada la máxima goleadora (31) de todos los equipos que la disputaban. Sin ninguna duda, una jugadora que ha mantenido un gran peso en el equipo, no solo con sus goles -desborde, anticipación y rapidez-, capacidades que se echarán en falta junto a su simpatía, y a las que desde aquí, como a ella, les deseamos que sigan con fuerza.

Imanol Garciandia: El chico de Urretxu, -ahora más bien roble, titán, guardaespaldas- llegó a La Rioja en 2015 procedente del Sanlo EKT, habiendo comenzado su andadura deportiva en el SD Urola. Cuando a uno le dicen que la vida puede cambiar y mucho para bien, créanselo, y sino pregúntenle a Imanol. El jugador que jugaba en territorial, en el equipo de su pueblo, fue llamado por un equipo logroñés que ya disputaba la Champions, y en el que, estando peor o mejor, siempre ha dejado su sello. Creo que habla muy bien del lateral vasco que en sus partidos más discretos se fuera a casa con 3 o 4 tantos. Con todo, los números están ahí y hablan por sí solos: 578 goles ha marcado, solo en liga, vistiendo la camiseta del Balonmano Logroño. Esto le convierte en uno de los máximos goleadores de la historia del club, casi nada. Unas temporadas en las que, además, ha sido elegido mejor lateral derecho y, por consiguiente, partícipe del siete inicial de la liga (2017-2018 y 2018-2019), MVP de la Copa (2018-2019), y en las que ha debutado y jugado con los Hispanos. Para la siguiente campaña emigrará, como Sergey, al PAUC francés, siguiendo con una progresión que tiene aún su techo lejano.

Tomislav Kusan: el croata es probablemente el jugador que más ha sorprendido gratamente desde su llegada. Un jugador joven, totalmente desconocido, que no sabía nada del país, del idioma y las rutinas. Hay que decir que su adaptación no fue fácil, generando incluso algunas dudas. Sin embargo, creo que si ahora mismo preguntas a cualquier aficionado por «Kusan», por su aportación y rendimiento, todos coincidirían en tachar al pivote de un gran acierto. Sin atrezos, sin darse mérito, realizando muchas veces una labor oscura tanto en ataque como en defensa -faceta esta última en la que ha progresado mucho, convirtiéndose en un jugador importante- el balcánico se va de Logroño con el trabajo muy bien hecho y dejando entre los aficionados esa tímida familiaridad tan agradable que hacía tan suya.

Sonora Solano: una historia con segunda parte, sin final feliz, pero con la ilusión de que haya una tercera; ¿porqué no? Tras defender la portería del Sporting en la 2016-2017, y hacerlo con garantías, sabiendo que es un ascenso y habiendo jugado en la máxima competición femenina, la jugadora malagueña volvía esta campaña a vestirse con los colores riojanos. Una jugadora que se hace querer y de la que, sin ninguna duda, se acordará la familia del Sporting. Una sintonía uniforme y constante de lucha, preparación y virtudes, la que el equipo sportiano ha podido disfrutar un año más y que se despide…. por ahora.

Junior Scott: oh la la. Cañonero de oficio y cañonero en sus tiempos libres, Scott se marcha tras dos años de franjivino del club logroñés. Superando esta campaña la cifra de los 100 goles, algunos de los cuales tendrían que valer doble por la distancia del lanzamiento -desde la Torre Eiffel por lo menos-,  el francés se irá al equipo del Balingen-Weilstetten, de la liga alemana. Un jugador que si tiene el día te destroza, no hay plan ni esquema que valga ante una estampida «made in Scott». Es verdad que ha tenido altibajos y que por momentos se esperaba más del galo, pero creo que las cosas buenas y positivas que ha hecho pesan más que las otras. Es muy joven y aún tiene mucho camino por delante, yo no me olvidaría de este nombre a corto-medio plazo. Son palabras mayores, pero cuando de aquí a unos cuantos años le podamos ir viendo poco a poco con la Grande Armée seguro que su paso por Logroño es más valorado, como también lo serán esas sonrisas pícaras de estima hacia la afición. Tiempo al tiempo.

Carla Sánchez: si suele ser casi siempre la faceta ofensiva la que más nombre y portadas genera, y sin olvidar la labor de la porteña en este ámbito, con Carla comenzaré valorando su participación defensiva, pues creo que habla mucho de su forma de entender este deporte: un mucho de coraje, otro mucho de garra, y otro gran tanto de buena disposición y capacidad táctica, son los ingredientes perfectos para originar una jugadora que, como ya apuntábamos en las crónicas, a pesar de tener menor envergadura que otras de su puesto, se desenvuelve en el puesto de «dos» como pez en el agua. Sin más, me parece que la temporada de la extremo en esa demarcación ha sido enorme. No por ello, desde mi punto de vista de entender el balonmano, hay que olvidarse de los desdoblamientos del extremo y visión para asistir al pivote, cualidades que ya pudo lucir con el Morvedre en la categoría más alta del balonmano femenino y que suplían, junto a ese nervio de seguir probándolo del que hablamos, esos partidos con el Sporting en los que estuvo menos atinada de cara a portería. Tampoco habrá que hacerlo de ese compañerismo que transmite hacia el equipo y la afición, todo ello eficaz y agradable a partes iguales.

Patrik Ligetvári: un fichaje de peso, de esos que te generan confianza y ganas de empezar una nueva temporada. El ariete húngaro, conocido en la liga por su etapa en Ademar, venía como reemplazo de Juan del Arco. Poco a poco, a latigazo limpio y con cada vez mayor peso en el centro defensivo, el jugador magiar se fue haciendo un hueco importante en el equipo hasta ser un fijo en los esquemas de Velasco. Sus buenas actuaciones le llevaron a la selección, con quien jugó el Europeo y donde realizó un gran campeonato, hasta el punto de ser uno de los candidatos a mejor lateral izquierdo de la competición. Sin ninguna duda, el Ligetvári de mitad de la primera vuelta y la segunda será difícil de sustituir.

A todos estos jugadores y jugadoras, GRACIAS.

Gracias por escribir un capítulo más en la historia de cada club, gracias por luchar por unos colores, y gracias por dedicar, sangre, sudor y lágrimas, para representar deportivamente a una comunidad riojana que os estará siempre agradecida ¡Buen viaje y mucha suerte!

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