Aguantaron estoicamente bajo la lluvia las carpas de los diferentes establecimientos que habían salido de sus locales para adentrarse en el túnel del pincho organizado al amparo de las XXIII Jornadas Gastronómicas de la Verdura.
Miércoles, 19:30. Frío, lluvia y viento y algunas barras sin terminar aún de montar; pero con una clara idea «preferimos quedarnos aquí, bajo la lluvia, que tener que trasladar todo esto a un pabellón». Era lógico. Los restauradores de las obras gastronómicas en miniatura habían salido de sus acogedores locales y no iban a meterse en otro, más frío, más incómodo y lejos del centro.
Poca gente en la primera jornada aunque, paulatinamente, según la noche oscurecía y la lluvia amainaba, fue aumentando su número.
Mañana, jueves, el túnel del pincho tendrá su segunda oportunidad y la previsión del tiempo parece que será más generosa con esta iniciativa que lo que lo ha sido hoy.