Foto (Grafometal La Rioja)
Lobete se teñía ayer de Copa, una competición que siempre apetece, que genera unas expectativas tan ilusionantes como difíciles de alcanzar. Eso sí, no tan complicadas si nos atenemos a dos supuestos muy significativos, uno anterior y otro posterior a la celebración del duelo:
- En primer lugar, tras mencionar que el rival al que había que hacer frente era el Conservas Orbe Rubensa BM Porriño, no podemos pasar por alto lo que decían sus periódicos locales e integrantes del equipo con respecto al choque en el que se medirían a las riojanas del Grafometal La Rioja. “Complicada Copa”, “partido de notable exigencia”, “mejor equipo de División de Honor Plata”, “plantilla de garantías”, “muy buen equipo” etc. eran algunos de los calificativos que usaban para denominar dicho encuentro. Unas palabras que, a medida que las voy escribiendo y, como aficionado de este equipo, no hacen otra cosa más que sentir súper orgulloso. Y como yo seguro que a tantos otros.
Aquí nadie se fiaba de las sportianas, de las que están ahora principalmente, pero también de las que se fueron, pues todos estos adjetivos que, dicho sea de paso agradecemos mucho, tienen un talante que va más allá de la propia temporada en la que nos encontramos, son producto del tiempo, del hacer bien las cosas, y de encontrarnos ante un club, ya desde hace muchos años, muy respetado por unos rivales que seguro tienen, como nosotros, muy presente ese hito aún no igualado por nadie de ser el único equipo de plata en haber alcanzado una fase final de la Copa.
En definitiva, es de alabar que la prensa gallega y el Porriño, equipo que recordemos venía de ganar al Rocasa Gran Canaria, hablen de esta forma del Grafometal La Rioja, un club que lucha y trabaja día a día por alcanzar esa categoría tan anhelada en la que si se encuentra su rival de ayer.
- Esto último en cuanto a lo acontecido antes del partido. Lo que pasó después, si algo hizo, es dar la razón a todas estas palabras anteriormente citadas. Sin rodeos, las riojanas jugaron un auténtico partidazo. De esos que enseñan, de los que se aprende, pues pocas veces una derrota deja una cara tan positiva, y que evalúan con notable rozando el sobresaliente a un equipo en plena proyección, que ayer dejó claro de todo lo que es capaz…!mucho señoras y señores, mucho!
En cuanto al desarrollo del partido este tuvo los ingredientes necesarios para hacer posible la mejor receta: igualdad, intensidad, calidad y, a grosso modo, buen balonmano. Como si un duelo de pistoleras se tratara, en la que ya están trabajando las mejores empresas western de Hollywood, las acometidas de un equipo eran respondidas de igual forma por el otro hasta el punto de llegar, en el minuto 19, con todo empatado (7-7).
Se trataba, como durante todo el partido, de una actuación coral, de un partido, nunca mejor dicho, de equipo. Un duelo en la que todas las jugadoras, en menor o mayor medida, aportaban, y en donde el término ‘grupo’ vibraba con más fuerza que nunca. De esta forma, sin olvidar esos 8 goles finales de Bea Puertas siempre, como no puede ser de otra forma, tan llamativos a la hora de ver las estadísticas, creo que es momento de no personificar todo lo bien hecho en ninguna jugadora, hoy no.
Por poner un ejemplo, varios de los goles conseguidos por la talentosa primera línea andaluza llegaron desde el punto de penalti y, sin quitarle mérito alguno pues es complicado meterlos todos, más aún en un partido reñido como el de ayer, estos venían como resultado de buenas acciones combinativas de todas las jugadoras. Por tanto, con decir en esta crónica que todo el mundo que salió, también desde el banquillo las que no pudieron estar en pista, contribuyó a la buena imagen del equipo, creo que es más que suficiente. Es esta, la propia palabra ‘equipo’ la que ya habla en sí misma de forma individual de cada una.
Así, en el Lejano Oeste de Lobete, para no perder el interés de la película, los dos conjuntos se empeñaron en seguir con su particular igualdad (10-10) una vez entrado en el tiempo de anuncios.
El segundo acto siguió por los mismos derroteros: la igualdad como protagonista y el desenlace final en el aire. El Grafometal La Rioja seguía intenso y dinámico, consciente, cada vez con menos tiempo por delante (15-15; min. 13), de sus posibilidades. Las mismas que, poco a poco, se fueron desvaneciendo con los parciales, tampoco muy grandes pero si representativos de estar algo más enteras, que el Balonmano Porriño realizaba a las riojanas. Una máxima (17-22) que llegaba a tan solo seis minutos del final, y un equipo gallego que supo mantenerla, ponía punto y final (20-24) a un encuentro que, como todo buen western, pues si no deja de serlo, tiene que tener un vencedor y un vencido. Y aunque este último papel les tocó ser a las riojanas, qué decir que tan solo fue en el resultado numérico, o incluso ni en eso, pues a veces, teniendo en cuenta el rival de ayer en frente, la mejor de las derrotas es preferible a la peor de las victorias. Ahora tan solo queda una cosa, seguir con estas buenas sensaciones en una competición doméstica que tiene su siguiente cita en Etxebarri (19:45) frente al Kukullaga.
Mientras tanto ya os adelantamos que la segunda parte de la película viene con fuerza. Riojanas y gallegas seguro que se vuelven a ver las caras: mismo escenario pero distinto contexto: ¿te suena eso de DHF? Vamos a ello.
GRAFOMETAL LA RIOJA: Elena Navarro, Rebeca García, Ailín López (porteras); Valentina Learreta (1), Lucía Ladrera (1), Bea Puertas (8), Carla Rivas (2), Irati Holgado (3), Taty Lozano (3), Lucía Carrascón (2), Paula García, Maite Rodríguez, Alba Ibáñez, Yumi Tamada.
CONSERVAS ORBE RUBENSA BM PORRIÑO: Fátima Ayelen, Estela Carrera (porteras); Alicia Campo (3), Inés Josefa Hernández (3), Ana Isabel Cerqueira (1), Soraia Alexandra Vieira (10), Aitana Santomé (1), Erica Isabel Correia (4), Mónica Oliveira (2), Claudia Kaulback, Sarai Sanmartín.