Quel mantiene viva a “pan y queso” una de las tradiciones más antiguas de La Rioja
Los queleños y sus visitantes han vuelto a responder y han acudido a la campa de su ermita en busca del pan y el queso
Quel, los queleños y multiples visitantes han vuelto a ser fieles a la tradición del Pan y queso, una de la mas antiguas de cuantas se desarrollan en La Rioja, y no han querido perdérsela, unos, ni dejar de descubrirla, otros.
Tras el tradicional y humilde almuerzo de los cofrades; un almuerzo con vino, azúcar, queso y pimiento; cientos de manos se alzaban en dirección al balcón de la ermita de la transfiguración desde donde el pan y el queso volvieron a volar haciendo honor a la tradición, una tradición que se remonta al siglo y que ni siquiera fue suspendido por la pandemia.
Quel y sus vecinos celebran de una manera ejemplar su tradición del pan y queso
En esta ocasión y previendo que la campa hoy domingo contaría con más gente, Quel aumento el número de panes, hasta los 3000, y trozos de queso, hasta 75 kilos, que arrojar desde el balcón.
La lluvia de pan y queso en honor a la Virgen de la Antigua no faltó a su cita
La fiesta del Pan y Queso y su lanzamiento desde la ermita está considerada fiestas de interés turístico nacional desde el año 2015, una tradición que cuenta con más de 500 años.
La historia de esta tradicional Fiesta del Pan y Queso en Quel se remonta hasta la fecha del 6 de agosto de 1479. Tal y como la carta Fundacional describe; durante este año, el pueblo sufrió un brote de peste que atacó a gran parte de la población.
Creyendo que podría tratarse de un castigo divino debido a los pecados de sus habitantes, decidieron pedir perdón realizando una procesión. Ésta comenzaría desde la Iglesia Mayor hasta la ermita del Santo Cristo de Quel, bordeando la orilla del Cidacos y recorriendo todo el pueblo. Con ellos llevaron trece candelas o hachas, que representaban once santos, al Santo Cristo y la Virgen de la Antigua.
Según cuentan los escritos, las hachas fueron consumiéndose pero, aquellas que estaban consagradas a la Virgen y a Jesús, no lo hicieron. Este hecho, fue considerado como un milagro, además de que tras la procesión cesaron las muertes por peste. En agradecimiento a estos dos fenómenos, la población decidió fundar una cofradía, la hermanad y mantener la tradición por la que sacarían a la Virgen de la Antigua en procesión.
El final del recorrido culminaría con el almuerzo de pan, queso y vino en la ermita de la Santa Cruz, ofrecido por la misma cofradía y lanzado desde una balconada.