Mirian Ruiz de la Cuesta López, doctora por la Universidad de La Rioja con una tesis sobre la evolución de la sepsis
Mirian Ruiz de la Cuesta López ha obtenido el grado de doctora por la Universidad de La Rioja tras la defensa de una tesis que analiza la capacidad para detectar qué enfermos de sepsis podrían tener peor evolución.
La tesis de la doctora Ruiz de la Cuesta, que es médico intensivista de la UCI del Hospital San Pedro de Logroño- aporta una nueva escala para pronosticar su gravedad y la conveniencia del ingreso en Unidades de Cuidados Intensivos (UCIs).
Titulada ‘Estudio de las escalas pronósticas de gravedad al ingreso en UCI y su impacto en la sepsis y la mortalidad’, la tesis ha sido desarrollada en el Departamento de Agricultura y Alimentación de la Universidad de La Rioja. Dirigida por Carmen Torres Manrique y Fernando Antoñanzas Villar, ha obtenido la calificación de sobresaliente ‘cum laude’.
La sepsis es una infección extrema que provoca en nuestro organismo una reacción inflamatoria generalizada que puede tener graves consecuencias. Cada año fallecen por su causa ocho millones de personas en el mundo, trece veces más que los fallecidos secundarios por accidentes de tráfico o por cáncer de mama, colon o páncreas.
“Es la primera causa de muerte hospitalaria –indica Mirian Ruiz de la Cuesta- pero su tasa de mortalidad se puede disminuir de forma considerable si se toman medidas a tiempo. De hecho, por cada hora en la que se retrasa el tratamiento antibiótico la mortalidad aumenta un 7,6%”.
Predecir la sepsis y las posibilidades de mortalidad que conlleva es imprescindible para detectar a los pacientes más graves y tratar de evitar su mala evolución. Esta tesis evalúa las técnicas que se emplean en la actualidad para pronosticar la gravedad y propone una nueva escala diagnóstica mejorada.
Esta herramienta puede ser de gran utilidad al Equipo de Respuesta Rápida formado por intensivistas que se pretende poner en marcha en los próximos meses en el Hospital San Pedro de Logroño. Ayudaría a tomar las decisiones adecuadas sobre el ingreso de pacientes con infección y sospecha de mala evolución en la UCI, en la Unidad de Cuidados Intermedios o, por el contrario, mantenerlos en la planta de hospitalización.