El arbitraje riojano vivió una noche memorable este lunes con la entrega de la ‘Escarapela FIFA 2025’ a los árbitros César Soto y Carlos Álvarez, un reconocimiento que les acredita como árbitros internacionales durante el próximo año. El evento, organizado por el Comité Técnico de Árbitros de la RFEF, reunió en Madrid a más de 50 árbitros internacionales de fútbol, fútbol sala y fútbol playa.
El acto estuvo presidido por Luis Medina Cantalejo, presidente del Comité Técnico de Árbitros, y contó con la presencia de Rafael Louzán, nuevo presidente de la RFEF, y casi 200 árbitros de distintas categorías nacionales.
Reconocimientos individuales y trayectoria conjunta
A sus 44 años, César Soto recibió su cuarta distinción como árbitro internacional, consolidando su trayectoria y experiencia al máximo nivel. Por su parte, Carlos Álvarez, de 34 años, debutó en este reconocimiento, lo que lo hace aún más especial para el asistente riojano.
Ambos forman un equipo inseparable desde la temporada 2017/2018, año en el que lograron el ascenso de 2ª B a Segunda División. Posteriormente, celebraron juntos los ascensos a Primera División y han sido reconocidos con el Premio Acevedo en la pasada temporada 2023/2024: Soto como mejor árbitro y Álvarez como mejor árbitro asistente de la máxima categoría del fútbol español.
Un impulso para el arbitraje riojano
El éxito de César Soto y Carlos Álvarez no solo refleja su esfuerzo individual, sino también el trabajo formativo de la Federación Riojana de Fútbol y su Comité Técnico de Árbitros. Los datos subrayan este crecimiento: en las últimas dos temporadas, el número de árbitros y árbitras riojanos ha crecido un 34%, pasando de 178 en la temporada 2021/2022 a 238 en la 2023/2024.
Además, durante esta temporada ya se ha impartido un Curso de Iniciación al Arbitraje de Fútbol 11, del que han surgido 23 nuevos árbitros y árbitras, y se espera un nuevo curso antes de final de año.
Una “edad de oro” para el arbitraje riojano
La internacionalidad de César Soto y Carlos Álvarez refuerza la posición del arbitraje riojano en el panorama nacional e internacional. Su éxito demuestra que la región vive una auténtica edad de oro en el arbitraje, un reconocimiento que no solo refleja talento, sino también dedicación y compromiso en todas las categorías.