Actualidad Rioja Baja
Medio de comunicación para conocer lo que pasa en nuestra tierra

Lo que pasó (y lo que no debió pasar) en la segunda jornada de investidura de Concha Andreu

Se vieron muchas cosas hoy en el Parlamento de La Rioja. Desde la interpretación de la crónica de una investidura fallida anunciada, hasta el brillo de una emergente estrella que hizo hoy su primera aparición en el Parlamento.

Concha Andreu llegó por la izquierda al Parlamento, acompañada de nuevo por sus diputados. Raquel Romero llegó hoy por la derecha y a pie, acompañada por su asesora y por Amaia Castro, edil del Ayuntamiento de Logroño.

Previamente a la entrada al Parlamento, tres, y no dos, eran los acompañantes de Romero que se refugiaban con ella bajo un árbol del aparcamiento haciendo hora y ultimando detalles.

Ayer nos contaron que Romero no hablaría en el Parlamento. Finalmente, se repartió en tiempo del grupo mixto y sí lo hizo. También nos contaron que Romero hablaría con los medios… incluso la propia protagonista se comprometió a ello en su entrada al Parlamento. Tampoco lo hizo.

Nos contaron que el Parlamento era un sitio en el que imperaba el dialogo y el respeto y también en esto nos engañaron. Comentarios machistas, fábulas impropias, embustes… Hubo de todo. Hasta al rancio sectarismo le asomó la pata por donde menos debía… aunque se resolvió con un quiebro y un “sigan, sigan”.

El mal gusto y la zafiedad llevó hasta a que zorras y cabrones recorrieran el antiguo claustro otrora convento de la Merced… Si estos son los nuevos tiempos, normal que cualquier tiempo pasado nos parezca mejor.

Parece que algunos señalan al “negociador”, Mario Herrera Fernández, como artífice de la idea de gusto infame del uso de la fábula de Esopo en la que pretendía otorgársele a Concha el papel de zorra.

Con todo, cada uno terminando contando la historia según le va. Para algunos, en el Parlamento de La Rioja, se vivió la crónica de la traición a los votantes anunciada, mientras que, para otros, la justificación reside en tres consejerías necesarias desde las que gobernarlos a todos.

En cualquier caso, el jueves, a la 13:00 tocará regresar. Todo lo que tenía que decirse, durante estas dos jornadas, se ha dicho ya y, de tanto que se ha dicho, hasta se ha dicho demás. El jueves habrá menos tiempo para hablar y, por tanto, menos posibilidad de equivocarse y patinar en lamentables espectáculos.

48 horas; ni una más, ni una menos; en las que, a buen seguro, los teléfonos echarán humo intentado lograr un pacto final a precio razonable.

También podría gustarte