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YA BASTA

YA BASTA. Así concluyó ayer la concentración que se desarrolló en Calahorra tras los violentos actos que tuvieron lugar en la zona de ocio de la capital de La Rioja Baja en la madrugada del sábado al domingo.

Calahorra es una ciudad segura, insistían los responsables de los cuerpos de seguridad, policía local y guardia civil; y la alcaldesa de la localidad, Mónica Arceiz, ayer.

Sin embargo, en la zona de ocio de la localidad se han vivido episodios de inusitada e injustificada violencia. Por eso ayer los jóvenes; junto con sus madres, padres, abuelos, tíos…; salieron a la calle para condenar y pedir actuaciones ante esa “violencia no tiene cabida en nuestra ciudad”.

“Nos conocemos, sabemos quién respeta las normas y quién no, y no vamos a permitir que unos pocos manchen la convivencia que tanto valoramos” propugnaba el manifiesto leído, con firmeza y aplomo, sobre la pantalla de su móvil por Alejandro Alegría.

El también fue objeto de esa violencia. De hecho, en el discurso que tenía preparado el joven, había una referencia a ese episodio “Hablo también como víctima. Sé lo que es sentir miedo e impotencia, y sé lo que es esperar justicia. Pero la seguridad no puede depender de la suerte ni de que un caso llegue a los tribunales. Debe estar garantizada siempre y para todos”. Sin embargo, decido omitirlo porque quería que el discurso fuera de TODOS.

Y hoy, TODOS JUNTOS, nos sentimos algo más tranquilos porque la ciudad demostró ayer madurez y tranquilidad y, como ha destacado Mónica Arceiz en sus redes sociales “civismo y compromiso por mantener nuestras calles seguras para todos”.

EL MANIFIESTO COMPLETO

Vecinas y vecinos de Calahorra,

Hoy nos reunimos aquí por una razón muy sencilla: decir alto y claro que la violencia no tiene cabida en nuestra ciudad. Nuestras calles tienen que ser seguras para todos.

Nos conocemos, sabemos quién respeta las normas y quién no, y no vamos a permitir que unos pocos manchen la convivencia que tanto valoramos.

Esto no va de banderas ni de etiquetas. Va de algo mucho más simple y justo: quien la hace, la paga. Y de que necesitamos leyes y recursos que realmente protejan a la gente. Con lo que tenemos ahora, es difícil que así sea.

La seguridad no puede depender de la suerte ni de que un caso llegue a los tribunales. Debe estar garantizada siempre y para todos.

Los jóvenes de Calahorra no vamos a responder con odio, porque el odio solo trae más problemas, y somos una ciudad pacífica.

Pero tampoco vamos a quedarnos en silencio. Vamos a responder unidos, defendiendo nuestras calles, nuestra gente y nuestra forma de vivir.

No pedimos nada extraordinario: solo vivir en paz y con la certeza de que la seguridad está garantizada para todos.

Por eso, hoy, aquí, decimos con una sola voz:

¡YA BASTA!

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