El Sadar se tiñó de fiesta en los instantes previos al encuentro, desde antes de que el partido se iniciara con un recibimiento al autobús de los que solo se viven grandes finales, y consagró esta fiesta al inicio de la segunda parte.
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— C. A. OSASUNA (@Osasuna) June 4, 2023
El ambiente antes del partido era histórico, de los que hacen afición. La grada se vistió de rojo, como ya ocurrió en la final de Copa en el Sánchez Pizjuán, con la intención de alentar a los rojillos y llevarlos a la consecución de la meta final.
Un sueño. El sueño europeo que llega más de década y media después, un tiempo en el que Osasuna llegó a estar tan contra las cuerdas que tres minutos lo separaron de su propia desaparición.
Esta exaltación festiva, que tuvo que esperar a la segunda parte, llegó con los dos goles de Budimir, el punta que se ha ido creciendo según ha ido transformándose en “el delantero” de Osasuna, tras dos magistrales incursiones por banda y centros de dos jugadores formados en la casa, Kike Barja (52’), el canterano de nobleza infinita y en cuyos ojos se podría navegar, y Moncayola (55’), el virtuoso rojillo que se resarcía con la decisiva carrera y centro de los líos de Vinicius en la final de Copa.
En el 74 recortó la diferencia Reinier para los gironeses poniendo emoción a los instantes finales de “la liga” de dos de las escuadras que han protagonizado una extraordinaria campaña.
El resto de tiempo, poco más pasó o, si es que pasó, poco importa porque las finales, y lo de hoy lo era, ya decía el sabio de Hortaleza que no se juegan sino que se ganan. Y hoy iba de ganar en la temporada en la que Osasuna ha alcanzado cuotas impensables.
Se daba además la circunstancia de que tanto Osasuna como Girona se jugaban el último puesto que aún quedaba vivo y daba acceso a una competición europea, la clasificación para la recién creada Liga Europa Conferencia de la UEFA de la competición de la que formarán parte 32 equipos.
Pero además de navarros y catalanes, pugnaban también por ella; en este domingo de aplicaciones y redes sociales, los transistores del mundo digital; Athletic Club de Bilbao y Rayo Vallecano. Cuatro equipos y un destino.
Sin embargo, los de Arrasate eran los únicos que al inicio de la jornada dependían de sí mismos y que a la conclusión fueron además los únicos que lograron ganar y sacar los tres puntos.
Y tras el gozo y el disfrute. El jolgorio porque SOMOS CONTENTOOOOOS. A bailar, pues.
SOMOS CONTENTOOOOOOOOS pic.twitter.com/IZqFlZdzLJ
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