Pues sí, cosas del directo. El mechero que debía de prender los diferentes cohetes que componían el chupinazo catón se ha confabulado y aliado con el viento para crear tensión en los instantes iniciales del inicio de las fiestas de Autol.
Si bien, en unos primeros momentos el mechero sí encendía, el viento se ha encargado de apagar la llama antes de que ardiera la mecha del cohete. Pero solo al principio. Después el mechero se ha rebelado y ha dicho basta. Por suerte lo ha hecho después de que los dos primeros cohetes salieran finalmente del balcón.
Pero el chupinazo no terminaba de ser lanzado. Nervios, tensión… y la piedra del mechero que decide dejar de chasquear. Miradas, muchas miradas y… bolsillos llenos vaper que han sustituido al tabaco convencional y han hecho que los encendedores pasen a mejor vida.
Tampoco debajo del balcón parecía haber mecheros. Más tensión hasta que un encendedor ha llegado al balcón para dejar todo en solo una anécdota que un día contar.
Se ponía así fin a la tensión que han vivido y sentido, especialmente, los catones representantes de las fiestas y la concejal de festejos.