Aparcar en Logroño cada vez está más difícil. Encontrar un sitio en la zona céntrica de la ciudad suele ser un quebradero de cabeza para todos aquellos que se animen a acercarse al centro de la capital. El aparcamiento del Revellin cuelga el cartel de lleno día sí y día también. Y más aún cuando llega el fin de semana.
La cosa mejora (tampoco mucho) cuando uno se aleja un poco del centro de la ciudad y se encuentra en barrios residenciales como La Guindalera, La Cava, El Cubo o Cascajos. En este último, en este viernes de agosto, ha ocurrido la anécdota del día. Desde por la mañana los vecinos de la calle Estambrera, se han encontrado con un inquilino inesperado. Un BMW negro ha aparcado en la entrada al garaje de una de las urbanizaciones. Zona azul no va a pagar, eso desde luego.
Pero la paciencia de los vecinos tiene un límite. Pasado gran parte del día y ante la permanencia del coche (que al menos no bloqueaba la entrada, todo un detalle) en el acceso al parking, los vecinos de dicha urbanización han llamado a los servicios de la grúa para que retire el susodicho BMW. Aunque no queda ahí el asunto. Tras llegar al lugar superadas las 22:00, y tras varios intentos por mover el coche no ha habido éxito.
El responsable de la grúa no ha encontrado forma de llevarse el vehículo sin ocasionarle daño alguno, dada su cercanía a uno de los muros. Así que, por hoy, el coche seguirá a salvo y no muy bien aparcado. Antes de marcharse, los servicios públicos le han dejado la pertinente multa por la infracción cometida. Un regalito adicional para premiar su buena idea al aparcar, nótese la ironía.
Mañana (de proseguir ahí aparcado) regresarán los trabajadores de la grúa a la carga, ya sea para lograr sacarlo o para dejarle la segunda multa. Para lo que le va a costar… le salía más rentable pagar zona azul.
*Foto de portada vía: R. Santolaya.