Nuevo duelo directo entre Osasuna y Girona. Si hace dos años ambos conjuntos se enfrentaron por un puesto en la Conference League, hoy lo hacían en la zona baja de la tabla y por un puesto que asegure su permanencia.
No fue la mayor entrada de la temporada, no entre la parroquia local posiblemente por la hora y el día, Domingo de Ramos al mediodía. Sin embargo, la zona visitante ha presentado una buena entrada con mucho aficionado infantil.
Pero sí ha sido un partido repleto de emoción. El primer gol lo marcaron los gerundenses, obra de Danjuma; pero lo anuló el fuera de juego semiautomático. Era el primer susto y también la primera alegría de la grada. Llegaría después la producida por el gol de “Siempre” Budimir tras un magnífico centro de Aimar Oroz.
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Antes del descanso, los de Miguel tuvieron dos buenas ocasiones para poner el empate pero Sergio García, a disparo de Tsygankov, y Boyoma, a disparo de Danjuma, lo evitaron.
El pase por vestuarios benefició más a Osasuna que en los primeros minutos mostró sus ganas de poner distancia en el marcador. Poco a poco, los del Girona fueron siendo más contundentes hasta que en el 68 Stuani marcó y el árbitro lo anuló. Segundo fuera de juego semiautomático que castigaba a los de Míchel.
Y cuando más achuchaban, Pablo Ibañez puso en la red el segundo para enloquecer con una efusiva celebración del canterano con la grada a, romper las voces de la grada y acercar la permanencia rojilla. Minuto 79, 2-0 y el Sadar era una fiesta.




El aliento del Sadar embulló a los visitantes, los hizo desaparecer. Pero el trencilla decretó cinco de añadido y en el tercero de ellos se animó Stuani a probar a Sergio Herrera. Sacó el de Miranda pero no pudo hacer lo mismo, en el 96, con el de Asprilla.
2-1 y llegaba la hora de sufrir y saber hacerlo. Tres minutos después, porque el árbitro añadió otros dos más de regalo, Osasuna pudo levantar los brazos y celebrar que la permanencia virtual ya está próxima.




