NAVARRA: Un cándido Osasuna cae ante un muy acertado Brujas
Los de Pamplona están obligados a ganar en el partido de vuelta de la previa de la Conferences para entrar en la competición
Osasuna no ha podido saldar con victoria su regreso a Europa. Los rojillos, que han hecho buen partido, han evidenciado falta de gol y problemas defensivos en momentos clave y han caído por 1-2.
La primera parte fue de dominio de Osasuna y solo en los últimos instantes los belgas se acercaron al área y crearon ocasiones de peligro.
Por su parte, un cándido Osasuna creaba, generaba y llegaba, aunque sin el suficiente mordiente. Especialmente los rojillos llegaron por banda con Rubén Peña y Rubén García. Pero sin lograr sacar de su sitio a un muy ordenado Brujas.
La jugada de mayor peligro surgió de las botas de Rubén García que se sacó un tiro cruzado que no terminó de ver puerta. Por los visitantes, Zinckernagel en el 41 acarició el gol en una jugada que terminó fuera.
La segunda parte no difirió en mucho de la primera. Los de Pamplona dominaba y los belgas pegaban. Rubén García buscaba el gol en el 47 con un buen disparo y en el 49, el Brujas por mediación de Olsen, que se internó en el área y batió a Aitor Fernández con un disparo raso.
En el 64, los rojillos tuvieron la suya para empatar. Rubén Peña se iba por banda y la ponía en el área por donde entraba Torró y pero su cabezazo, rechazado por Mignolet, acabó en córner.
En el 78 empataba Chimy Ávila de cabeza y con el alma. Moncayola puso el centro y el delantero la fuerza y la dirección. Sergio Herrera, el portero suplente de la noche, llevaba todo el encuentro dándole consejos al mexicano y el delantero se lo agradeció marcando primero y dedicándoselo después.
Osasuna creía y el Brujas reaccionaba. Dos minutos tardaron los visitantes en volver a adelantarse en el marcador. De Cuyper recogió un balón y lo rompió con un disparo cruzado: 1-2. Chimpún.
Tocaba empezar de nuevo pero a penas había tiempo para hacerlo. Sin embargo, cerca lo tuvo el Chimy. Se marchó de uno en el área, se marchó de dos, caracoleo, se hizo hueco hasta toparse con Boyata que taponó su disparo. Pablo Ibáñez recogió el rechace y volvió a rematar. Y Budimir… pero el balón se perdía sin entrar en la red.
Aún tuvo tiempo el equipo local para una más. Pablo Ibañez, el héroe de las semifinales de copa, cabeceó en el corazón del área pero tampoco. Y el partido, sin que mucho más pasará, terminó con el Sádar volcado, como cada partido, con los suyos.
Toca creer ahora en la remontada aunque para ello los de Arrasate deberán mejorar su puntería y su celo defensivo. Hay tiempo para seguir soñando.