Alfaro cerró ayer su feria taurina con la puerta grande de Juan Leal. En una plaza con media entrada; Curro Diaz, Juan Leal y Román se enfrentaron ayer a unos toros bien presentados de la ganadería del Ojailén.
Curro Díaz fue el encargado de abrir la plaza y lo hizo con una buena faena; muy lenta, preciosisita, tan templada como exigía el astado; que no terminó de rematar con los aceros. Ahí perdió el diestro parte de la recompensa de su buen hacer en la muñeca. Una oreja y gracias tras una defectuosa media estocada.
Y como de muñeca iba el tema, el matador se la lesionó al entrar a matar al segundo de su lote, al que erró por dos ocasiones. Antes de ello, había logrado sacar una faena decente.
Juan Leal, el triunfador de la tarde, dereorojó al segundo de la tarde gracias a una espectacular estocada en la que se montó sobre el toro tras una faena que fue de menos a más, aunque posiblemente llegando a demasiado.
En su segundo, con la puerta grande asegurada, se esforzó muy poco o nada en la suerte suprema y pinchó al animal en varias ocasiones. A pesar de ello y más por decisión propia que por interés del respetable, el torero se sacó una vuelta al ruedo.
El tercer torero de la terna fue el menos afortunado de todos en la tarde, ya que abandonó el coso alfareño de vacío. En el tercero, el primero de los suyos, Román se tuvo que conformar con silencio tras lidiar a un ejemplar muy distraído y sin fondo al que logró sacar algún buen muletazo de donde no lo había.
En el último de la tarde destacó dos buenos pares de banderillas que fueron recompensadas con aplausos. En el resto de la lidia, templó el matador que volvió a fallar con la espada. Cuatro pinchazos y una estocada de rescate para poder dar paso al descabello dieron fin al animal y a la tarde. A pesar de ello, el valenciano se fue con aplausos.
