Mucho más que un punto en el descuento es lo que ha perdido la UD Logroñés en Las Llanas. Ha dejado de sumar un punto y un puñado de moral. No ha sumado y el Sestao (¿rival directo?) ha sumado tres. No ha sumado un punto y ha caído en una semana al puesto noveno; a la misma distancia del líder que del playout.
Un partido sin historia, sin ataque y en el que ambos equipos se dedicaron más a minimizar las virtudes del rival que a exponer las propias.
No supo, no pudo o no le dejaron a Logroñés crear y la conexión entre Marí y Manex, vital para este equipo, fue inexistente.
Arrancó la segunda parte sin que siguiera pasando nada. Si bien es cierto que el Sestao acumuló un buen puñado de córners, bien defendidos por la zaga blanquirroja.
Movió el banquillo el entrenador visitante, pero no dio con la tecla. Hombre por hombre, sin buscar arriesgar y sin dar la oportunidad a Lhery de refrendar su buen partido ante Utebo y demostrar que a día de hoy es lo más parecido que este equipo tiene a un delantero centro.
Tuvo en el 65 Iker Otaudi la mejor ocasión para los visitantes; se encontró con un balón franco a la altura del punto de penalti que no supo controlar y mucho menos disparar.
Pero fútbol es fútbol y cuando ambos equipos daban el resultado por bueno, Aitor Segin exjugador del Logroñés, hizo el 1-0 para dar los tres puntos al River y colocarlo como líder del grupo.
Jarro de agua fría y golpe duro para el equipo que una vez más falla cuando es necesario no hacerlo.
Y sobre todo golpe en el mayor y mejor activo de este equipo, la afición. Una afición que una vez más acompañó al equipo en buen número hasta Sestao y que una vez más salió del campo rival con la moral por los suelos. Pero una afición que siempre se levanta pese a los palos deportivos y no deportivos…
Acaba así un ciclo de cuatro partidos ante rivales directos donde los de Unai tan solo han sido capaces de ganar al Utebo. Escaso bagaje y números muy pobres para un equipo que aspira cuando menos a pelear por los puestos nobles.


