La Rioja confirma la expansión del lobo con 6 manadas, 7 ejemplares solitarios y presencia en 56 municipios
La población de lobo en La Rioja ha crecido un 50% en cuatro años, según el último censo presentado hoy por la consejera de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural y Medio Ambiente, Noemí Manzanos. El estudio identifica 6 manadas, 7 lobos solitarios y hasta 71 ejemplares distribuidos en 56 municipios, una cifra que multiplica por cinco la registrada en 2021.
Manzanos ha trasladado estos datos al sector ganadero y a la Federación Riojana de Caza, destacando que la expansión coincide con la inclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE). El Ejecutivo autonómico sostiene que esta evolución avala su consideración como especie cinegética durante la temporada 2025-26.
El anterior censo recogía cuatro manadas y entre 18 y 38 ejemplares en zonas como el Alto Oja, Alto Najerilla, las Siete Villas y el Alto Iregua-Cebollera. El nuevo recuento confirma la división de uno de los grupos y la aparición de una manada muy activa en Laguna de Cameros.
El incremento poblacional ha tenido efectos directos en el sector ganadero. Los ataques se han triplicado en cuatro años y han pasado de afectar a 10 municipios a un total de 30 localidades. Las explotaciones de extensivo atacadas se han duplicado, alcanzando las 55.
El año 2022 registró la cifra más alta, con 303 ataques y 693 cabezas de ganado afectadas. Desde entonces, la comunidad no baja de los 250 ataques anuales. Entre 1986 y 2024 se han contabilizado 7.154 animales muertos, mientras que la media anual tras la inclusión del lobo en el LESPRE ha subido a 569 cabezas.
Las indemnizaciones abonadas desde 2005 superan ya el millón de euros. Solo en 2024 se destinaron más de 165.000 euros a compensar daños. Además, el Gobierno regional ha impulsado la instalación de 32 corrales y cerramientos anti-lobo en 11 municipios, aunque su efectividad ha sido desigual.
Manzanos ha explicado que la cabaña ganadera riojana ha disminuido en 17.500 cabezas en cuatro años, un descenso del 25%. Según los datos presentados, los ataques del lobo han sido uno de los factores que han influido en esta tendencia.
Respecto al marco normativo, las Órdenes 36 y 37/2025 de Caza y de la Reserva Regional, aprobadas en julio, mantienen al lobo como especie cinegética para la temporada 2025-26. Aunque se interpusieron cinco recursos contencioso-administrativos, siguen en vigor bajo el principio de prudencia.
La consejera ha señalado que esta catalogación se incorpora como una herramienta adicional para gestionar la población y reducir daños, junto con las indemnizaciones y la construcción de nuevos corrales de protección.





