Diego Martínez ha enviado una carta a la afición blanquirroja después de que la noticia de su no continuidad sacudirá el pasado lunes a la parroquia udelista.
Félix Revuelta lo confirmó en su puesto, Diario La Rioja dio la primicia de la decisión de su no continuidad el pasado día 10. En plenos San Bernabé, en pleno festivo regional tras un Día de La Rioja dominical (y electoral).
Diego Martínez, docente de formación (y profesión), ha sido un entrenador especial, de esos que sabes que van a dejar huella en un equipo para siempre. De los que sienten y creen en lo que hacen y lo transmiten. Siempre.
Así lo ha sido así durante toda la carrera del técnico riojano. Nájera, Calahorra, Izarra, Numancia… incluso en esos momentos en los que ha preferido tomarse un año sabático. Incluso en esos.
El riojano es un entrenador bueno, de esos que leen y replantean varios partidos durante toda sus partidos. Que los ven rápido y reaccionan. Que saben que es máxima en el fútbol eso de ganar, ganar y ganar.
Ahora Diego Martínez se va, pero deja un legado imborrable que permanecerá para siempre marcado en el corazón blanquirrojo. Un legado que quedará grabado para siempre. Nadie olvidará como llevó a más de 14.000 personas a soñar desde la cuarta división llenando un estadio: Las Gaunas.
Esta vez no salió, pero saldrá porque hemos aprendido la lección. Porque “cuando Las Gaunas juega, Las Gaunas ganan”. Ganaremos.