Actualidad Rioja Baja
Medio de comunicación para conocer lo que pasa en nuestra tierra
PEAS 500

EL SITIO DE MI RECREO: “Paradise by the Dashboard Light” (Meat Loaf), la canción del día

Dramatismo, pasión y el humor del rock de los setenta. “Paradise by the Dashboard Light” de Meat Loaf es una épica canción de más de ocho minutos; sí, cerca de ocho minutos y mesio; lanzada en 1977 como parte del monumental álbum Bat Out of Hell.

En ActualidadRiojaBaja hemos querido comenzar la semana con mucha energía y esta canción te la da. Por este motivo, hemos querido hacerle un hueco dentro de nuestra sección musical «El sitio de mi recreo».

La obra elegida hoy, que es en sí toda una obra, no solo es un viaje musical, sino también una representación teatral del amor adolescente, la lujuria y el desencanto romántico. Pura fusión entre ópera y energía juvenil.

Su estructura en tres actos la convierte en una mini ópera rock, una especie de tragicomedia juvenil que combina la grandilocuencia del rock sinfónico con la ironía del musical de Broadway.

Desde sus primeros compases, la canción nos sumerge en una historia nocturna, con un coche estacionado y dos jóvenes a punto de cruzar el límite entre la inocencia y el deseo.

Jim Steinman, autor y productor del tema, fue el verdadero arquitecto de esta epopeya. Su estilo —mezcla de melodrama wagneriano, sátira pop y romanticismo desbordado— es el alma del disco. Steinman concebía las canciones como si fueran escenas de una película: diálogos, coros explosivos, narración y clímax. En “Paradise by the Dashboard Light”, esta visión alcanza su máxima expresión.

El tema se divide en tres secciones: el preludio romántico, el clímax deportivo y el amargo despertar. En la primera parte, la tensión crece entre los dos protagonistas, interpretados por Meat Loaf y Ellen Foley, quienes encarnan con brillante intensidad la mezcla de deseo y promesas eternas.

La segunda parte, narrada como una retransmisión de béisbol —con la voz real del locutor Phil Rizzuto— es una metáfora hilarante del acto sexual. El clímax llega con un home run que marca el “fin del juego”.

Finalmente, la tercera sección introduce el desencanto: las promesas hechas bajo el calor del coche se convierten en cadenas de resentimiento. “Prayin’ for the end of time, so I can end my time with you”, canta un Meat Loaf desesperado, cerrando el círculo entre el paraíso y la condena.

La interpretación vocal de Meat Loaf es descomunal. Su voz, poderosa y teatral, es capaz de pasar del susurro al grito, de la súplica al éxtasis. Cada verso es una actuación, una puesta en escena cargada de humor, tragedia y emoción. En contraste, la voz femenina de Foley aporta frescura y realismo, equilibrando el exceso con una sinceridad punzante.

El éxito de “Paradise by the Dashboard Light” fue tan rotundo como inesperado. A pesar de su duración —más de ocho minutos—, se convirtió en un himno generacional, especialmente en Estados Unidos, donde las emisoras de rock la adoptaron como un clásico instantáneo.

Su videoclip, grabado en directo, consolidó la imagen de Meat Loaf como un artista de intensidad teatral, un personaje más cercano a un actor de musical que a un simple cantante de rock.

 

Nacido en Dallas, Texas, Meat Loaf también era conocido como Michael Aday. Su apodo surgió en dos etapas: “Meat” —carne— fue un apodo dado por su padre al nacer, por su color rojizo; y “Loaf” —pastel— le fue añadido por un entrenador de fútbol en la escuela secundaria.

El artista alcanzó fama mundial con la trilogía Bat Out of Hell, una de las más exitosas de la historia del rock. El primer álbum continúa entre los diez discos más vendidos de todos los tiempos, junto a obras de Michael Jackson, Whitney Houston y The Eagles. La trilogía incluso fue adaptada al teatro musical.

Entre sus trabajos más destacados se encuentran los álbumes Dead Ringer y Midnight at the Lost and Found. Además de su carrera musical, Meat Loaf participó en varias películas, incluyendo El Club de la Lucha, The Rocky Horror Picture Show y Wayne’s World.

Su voz poderosa y su estilo teatral lo convirtieron en un ícono del rock sinfónico y del espectáculo musical durante más de cinco décadas.

 

 

También podría gustarte