El ocio digital entre generaciones refuerza los lazos familiares y la inclusión social, según una tesis de Luis Corral
El ocio digital intergeneracional entre abuelos y nietos se consolida como una herramienta clave para fortalecer la cohesión familiar, promover el envejecimiento activo y favorecer comunidades más inclusivas en la sociedad digital. Así lo concluye la tesis doctoral de Luis Corral Fernández, defendida en la Universidad de La Rioja.
El estudio, titulado Ocio Digital Intergeneracional. Evolución antes, durante y después de la COVID-19, analiza cómo los dispositivos digitales han transformado las formas de ocio compartido entre abuelos y nietos de 6 a 12 años en ocho provincias del norte de España: Cantabria, Vizcaya, Guipúzcoa, Álava, La Rioja, Navarra, Burgos y Palencia.
Antes de la pandemia, el 89,1 % de los abuelos no realizaba actividades digitales con sus nietos. Durante el confinamiento, esta cifra se invirtió y un 96,3 % sí lo hizo, utilizando principalmente videollamadas, mensajería y redes sociales para mantener el contacto y compartir tiempo juntos. Tras la pandemia, el ocio presencial recuperó parte de su espacio, aunque el digital se mantuvo como una práctica habitual y complementaria.
La investigación, dirigida por María Ángeles Valdemoros San Emeterio y Rosa Ana Alonso Ruiz dentro del programa de Doctorado en Educación y Psicología, obtuvo la calificación de sobresaliente “cum laude”.
El doctor Corral subraya que el ocio digital compartido impulsa el aprendizaje mutuo, la inclusión social y el bienestar emocional de ambas generaciones. Entre los beneficios destacados, los abuelos mencionan la mejora de su autonomía digital y el fortalecimiento de los vínculos con sus nietos. Sin embargo, el estudio también advierte sobre desafíos como la brecha digital o el riesgo de uso excesivo de dispositivos.
La tesis propone promover el ocio digital intergeneracional mediante programas de alfabetización digital, talleres conjuntos y el diseño de aplicaciones inclusivas. Asimismo, recomienda la colaboración entre familias, instituciones educativas y entidades sociales para garantizar un acceso equitativo a las tecnologías.
El trabajo concluye que el ocio digital compartido no solo acerca generaciones, sino que también se erige como motor de bienestar, aprendizaje y solidaridad en la sociedad actual.


