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El Día de La Rioja que vivimos en 2020

“Dentro de unos años, con toda seguridad alguien nos preguntará: ¿Cómo celebrasteis en 2020 el “Día de La Rioja”?” Así comenzaba Concha Andreu su discurso. “La pregunta, cabe imaginar, vendrá seguida de otras, asociadas a ésta: ¿Pudisteis ir a San Millán? ¿Quiénes asistieron al acto? ¿Hubo discurso institucional? ¿Qué se dijo en él? ¿Se entregaron medallas?”

Queridos nosotros del futuro. En 2020 pudimos ir a San Millán y allí acudieron las autoridades que el gobierno de la nueva presidenta determinó, erróneamente, que debían ir. Lo hizo desatendiendo una ley del propio gobierno en la que se determina este ordenamiento según aforo. Erróneamente por todo lo que significa no cumplir una ley y porque cosas como estas hacen que lo superfluo termine empañando lo esencial.

Se esperaba un acto emotivo y entrañable y seguro que se intentó; pero le faltó sentimiento. Lo que no faltó fue el discurso institucional de 20 minutos, aunque sí el mensaje. Y sí, hubo medallas, honores y distinciones; sí que las hubo: el galardón de riojano de honor fue para el Teniente Coronel Jesús Gayoso mientras que la medalla de La Rioja correspondió al colectivo de trabajadores Sanitarios y Sociosanitarios de la Comunidad de La Rioja.

“A quien nos pregunte en el futuro, les contaremos lo que hicimos este día, su razón última: rendir honores y tributo, de corazón y públicamente, con la máxima solemnidad, a quienes literalmente les debemos la vida. A sabiendas de que no será nunca un agradecimiento suficiente. A sabiendas de que no pudimos ofrecerles siempre lo que necesitaban para ayudarse y ayudarnos.” pronunció Andreu. Y todo esto pasó frente a una pantalla en negro con los nombres de los 362 fallecidos informados, presidiendo el lugar.

En la primera parte del acto se entregó la medalla al personal sanitario cuyo galardón fue recogido por tres mujeres: Pilar Espinosa, Pepa Leciñana y Marta Vicente

Pilar Espinosa recordó que la mejor medicina contra el coronavirus es la unidad. «Nuestros servicios sanitarios públicos han demostrado ser una red para todos y todos hemos trabajado juntos en todos los servicios sanitarios de todas las especialidades, lo hemos hecho desde los hospitales y desde los centros de salud pero no lo hemos hecho solos, pues los riojanos nos han animado con sus aplausos, mensajes de ánimo y dibujos.

Espinosa ha reconocido que han sentido “miedo, incertidumbre y preocupación” y ha querido rendir un particular homenaje a todos los fallecidos y a sus familiares “por su confianza en nosotros ya que nunca han dudado de nuestros esfuerzos para cuidar de sus familiares e, incluso en su dolor, han sido capaces de darnos ánimos y aliento para continuar”.

Pepa Leciñaga ha reconocido que esta enfermedad nos ha obligado a “separarnos físicamente pero nos ha hecho estar emocionalmente más cerca que nunca de ellos, con cariño y dedicación desde nuestras consultas para que pudieran superar el aislamiento que les teníamos que prescribir”. No ha opvidado como cogían la mano de los pacientes hospitalizado «para que sintieran, a través de nuestros EPIs, una sonrisa amable y hacerles sentir que no estaban solos”.

“Han sido meses muy duros; pero, gracias a las medidas adoptadas y al enorme esfuerzo y civismo de la sociedad riojana, hemos podido controlar esta situación que nos ha tocado vivir”. No dejó pasar la oportunodad para pedír y rogar que “sigamos siendo responsables, cada uno en lo que nos toca, para no llevar al traste todo lo que se ha trabajado y que tengamos que deshacer todo el camino andado”.

También Leciñaga quiso agradecer esos aplausos de las ocho “que nos daban esa fuerza extra cuando, a veces, la nuestra empezaba a flaquear”.

Marta Vicente expresó su agradecimiento a todas las personas que han participado en esta lucha y ha reconocido que esta pandemia “nos ha ayudado a gestionar el miedo, nos ha obligado a ponerlo a nuestro lado e intentar que no se notase para dar tranquilidad y confianza a todas las personas que ha estado a nuestro alrededor”.

Llegó, tras ello, el reconocimiento del riojano de honor que, a título póstumo, se entregó a Jesús Gayoso. Su trabajo y su entrega por La Rioja bien mereció su reconocimiento en vida; pero ha tenido que ser a su muerte, lo único para lo que no realizó mérito alguno, lo que ha generado su concesión.

Fue su viuda quién recogió este galardón expresando que recibir este premio constituía un verdadero honor. Lourdes Estívariz resaltó diversas virtudes de Gayoso, entre ellas “Su inquebrantable vocación de servicio y amor a esta tierra que hicieron que trabajara por y para esta comunidad autónoma con un enorme sacrificio y entrega para garantizar la seguridad ciudadana de esta región”. Tampoco olvidó cómo el teniente general llevó el nombre de La Rioja por múltiples lugares del mundo.

Finalmente Estívariz agradeció el inestimable apoyo que a ella y a su familia se le está prestando por parte de la Guardia Civil en estos momentos y afirmó que “estoy segura de que Jesus seguirá trabajando desde el cielo para que este otro 176 años más al Servicio de España y de todos los españoles”.

Queridos nosotros del futuro, aquel día en 2020 «rendimos honores y tributo, de corazón y públicamente, con la máxima solemnidad, a quienes literalmente les debemos la vida. A sabiendas de que no será nunca un agradecimiento suficiente. A sabiendas de que no pudimos ofrecerles siempre lo que necesitaban para ayudarse y ayudarnos».

En la parte final del acto, Concha Andreu protagonizó su primer discurso como presidenta del gobierno de La Rioja en el día de nuestra comunidad; un discurso, como expresó, muy diferente al soñado en el mes de agosto.

En su discurso Andreu volvió a apelar a la unidad porque “la división realimenta la confusión y desmoraliza a la sociedad” y prometió que La Rioja “será la primera en evaluar junto a los aciertos, los errores cometidos”.

Y, por supuesto, tampoco faltó el himno de La Rioja y España interpretados, en esta ocasión, por el cuarteto de cuerda Zuraquaret poniendo el punto final al acto.

Queridos nosotros del futuro, aquel día, las mascarillas, los hidrogéles, los espacios guardados, los abrazos perdidos, los besos no dados y la prudencia fueron también importantes protagonistas; pero eso seguro que vosotros ya lo conocéis. Anhelamos de manera muy personal y sincera que estéis bien y que todas aquellas secuelas de aquel tiempo se puedan considerar mitigadas.

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