Tras su primera derrota de la temporada en Donosti, el CD Calahorra afronta un muy difícil encuentro ante el CD Mirandés. En primer lugar por la necesidad de sobreponerse de la derrota y, en segundo lugar, porque afronta un muy difícil momento en la temporada con un calendario más complicado de lo que a priori puede parecer ya que es mucho más difícil entrar en una inercia positiva que caer en una inercia negativa cuando no acompañan los resultados.
En a penas diez días el CD Calahorra debe jugar ante el CD Mirandés, otro de esos equipos llamados a campeonar, viajar a Las Arenas para jugar un partido en Gobela y regresar para viajar a Barcelona y pasar una dura noche de copas en la ciudad Condal.
Puntuar hoy, para mantener un estado de ánimo positivo, es fundamental para la buena marcha de la temporada porque, además, todos sabemos lo que tiene las noches de copas y aún más si son duras: que dejan malas resacas y si no, recordemos que ocurrió el pasado año ante el CD Tedeón y los posteriores encuentros o la travesía por el desierto que pasó la UD Logroñés tras su derrota en Formentera; por lo que un partido ante el Izara en casa y la posterior visita a Santander pueden poner al equipo en un brete.