El calagurritano Alberto Donaire prosigue ingresado en Valencia tras su grave cogida
El novillero de Calahorra Alberto Donaire sigue ingresado en el Hospital clínico universitario de Valencia a donde fue trasladado tras ser intervenido en la enfermería del coso taurino de la capital del Turia. Allí ha sido sometido también a una colostomía preventiva
Allí continúa su recuperación tras la grave cogida sufrida por el novillero el pasado domingo y que, según consta en el parte médico de atención en la plaza firmado por Cristóbal Zaragoza, le ocasionó una cornada con empalamiento y desgarro con rotura de esfínteres del ano y varios desgarros en el tórax.
Acompañó al riojabajeño en la enfermería el matador de toros, ya retirado, Javier Vázquez. Además, de manera muy pronta recibió la llamada interesándose por su estado de Vicente Ruiz «El Soro».
El calagurritano fue corneado por el novillo cuando entraba a matar. Curiosamente, Donarire, que había sido anunciado como parte del cartel del festival que se celebrará este 12 de octubre en la centenaria plaza calagurritana que homenajeará ese día a Don Antonio Domínguez, participaba en este festejo en el que estaba presente la misma ganadería que corneó en el coso calagurritano a José Antonio Campuzano.
Era septiembre de 1984 cuando el cirujano Don Antonio Domínguez salvaba la vida del maestro José Antonio Campuzano que sufrió una cogida por un astado de Rocío de la Cámara. Días después, Paquirri fallecía en Pozoblanco tras una cogida prácticamente pareja a la del mayor de los Campuzanos.
La actuación de Donaire en Valencia
Las crónicas que llegan de la capital ché señalan «la actitud y clarividencia, entrega y soltura» del de Calahorra en su paso por la plaza de la calle Xátiva durante la Feria de la Comunidad Valenciana, «así como su firmeza en el ruedo y su convicción» ante las diferentes embestidas de los erales.
De igual manera, se refieren a su toreo «con valor y disposición» y a cómo lo dejó todo tirándose a matar de frente, sin mentira, con rectitud, «de manera abismal» incluso se llega a afirmar en estas cónicas.
El de Calahorra, además de la fea cornada y graves heridas, se llevó una oreja por su valor y arrojo. En su primero de la tarde, de Cortijo de la Sierra, también fue volteado entrando a matar.