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Demasiado castigo (para el aficionado)

JOSE MARI ROJAS PÉREZ.- Decía Bunbury “odio quiero más que indiferencia…”. Y es lo que hay y lo que hoy pasó, cuando tras el pitido final y tras tímidos cánticos pidiendo la (seguramente necesaria) destitución de Flaño, la gente salía de Las Gaunas indiferente hablando de sus cosas y con cierto poso de ver que de momento no hay más.

Con la novedad (está vez le tocó a A. Mateo) de Facchin en el LI, Royo en portería y Garrido en el barquillo saltó la UD Logroñés a por el líder.

Pero a pesar de no tirar entre palos, el Arenas es un equipo serio, bien trabajado y lejos de lo que fue aquel equipo de “gorrazos” y juego subterráneo.

Un par de córners y presión alta. Un disparo de Facchin y un cabezazo de Sarriegui fue lo poco que hizo arriba el equipo de Logroño. El “invento” de Enzo en el lateral y su tendencia a irse arriba anuló por solape a Madrazo y obligó a caballero a cubrir las espaldas del uruguayo. Otro invento que salió regular.

Salió con otro aire la UDLogroñes en la segunda parte. Más por empuje que por juego. Barrero entró en el 58 para acompañar a Lupu (hoy en banda derecha). Tuvo tres opciones el ex del Utebo y precipitado erró en las tres.

En el 80 un destello de Madrazo fue desviado a córner por Galindo. Un minuto después otra buena intervención del arquero visitante a disparo colocado de Aguero. Nada más.

Desde entonces un par de cambios tardíos y la lesión de Royo (esperemos el informe médico) que se llevó las manos a la rodilla derecha al agacharse recoger un balón.

Acabó el equipo, cerrarlo con tres pero sin crear más ocasiones.

Reparto de puntos, empate insuficiente y un nuevo domingo de mal fútbol que deja al equipo más cerca de salir del playoff que del ascenso directo.

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