Cuarta y última de abono en este corto Zapato de Oro 2024 para los novilleros Juan Herrero; Alejandro Chicharro, que salió por la enfermería, y Bruno Aloi.
Tarde pasada por agua con un festejo bajo el techo del Arnedo Arena en el que; más allá de la desafortunada cogida de Alejandro Chicharro, al que le deseamos una pronta recuperación; poco paso.
Juan Herrero fue el encargado de abrir plaza. Ante un astado, en el que lo poco bueno que ofreció el novillo llegó por el pitón derecho, el madrileño no llegó a nada. Al final pinchazo, estocada, descabello y silencio.
En el segundo de su lote, de nombre Mario y de pelaje cárdeno, como el resto de sus hermanos, el espada dejó una faena cortita que no dijo nada. El novillero cogió rápidamente estoque y sentenció con un estocada y dos descabellos.
Por su parte, el también madrileño Alejandro Chicharro lo intento con un novillo que no duró series largas y con pases que siempre el novillo excusaba y se quedaba a medios pases.
Chicharro se deshizo del primero de su lote con una estocada, que requirió de descabello, tras recibir un aviso.
Alejandro Chicharro cogido de gravedad en la feria del Zapato de Oro
El segundo no pudo terminar de torearlo el de Miraflores, ya que terminó siendo corneado, al poco de empezar faena. Fue llevado en brazos a enfermería por los miembros de su cuadrilla. Cogió la muleta Juan Herrero que poco toreo y se tiró directamente a matar rematando al de Adolfo Martín tras dos pinchazos y una media estocada.
Antes de la cogida de Chicharro, Jesús Robledo «Tito» arranco una ovación de la grada por sus dos pares de banderillas.
Por su parte, Bruno Aloi lo intentó ante un noble utrero de Adolfo Martín que incluso rehuyó cornear al mexicano cuando lo tuvo a su merced en el suelo tras una caída delante de la cara del animal.
Tampoco Bordador fue nada lucido en los embistes y no llegó a cuajar en el tendido. Estocada y dos descabellos tras aviso que solo valieron a Aloi para despedirse con palmas.
En el sexto, el de Aguascalientes lo intentó sin mucho que ofrecer por lo poco que dio el sexto de la tarde. El novillero, antes de ello, recibió una sonora pitada cuando detuvo a la banda que comenzaba a tocar los primeros acordes del «Zapato da Oro».