(Crónica de Ángel Sedano)
Sábado, noche cerrada, luna llena, el futuro pasa por Mercatondoa y la afición rival te recibe con un «Izarra, tracatrá».
Merkatondoa es ese campo peculiar donde uno de los tres marcadores te recibe con un temible 9-0, ese campo donde el balón no rueda y da saltitos cual liebre de la llanura manchega, ese campo donde se exige intensidad, juego directo, concentración durante 90 minutos y llegada de los llamados «segundas líneas»; Mercatondoa te dice que no hay tregua y si no aprovechas tus dos o tres oportunidades, jamás ganas.
Ese panorama era el que tenia la UD Logroñés en el último partido del 2018 y, claro, no se aprovecharon las dos o tres oportunidades que tuvimos; pero, vayamos por partes…
Los primeros minutos, la UD Logroñés salió con esa intensidad, buscó ese juego directo, se amoldó al campo y al rival y se tuvo la primera: Carles Salvador sacó una falta lateral y el balón dio en la cruceta. La primera
El Izarra tracatrá se fue estirando y creaba su peligro a balón parado, buscando la segunda jugada. Mientras, los visitantes buscaban a Ander Vitoria que trabajaba, peinaba y disputaba todos los balones que le llegan; pero la segunda línea no aparecía y el peligro se desvanecía. Mientras tanto, Rayco, en el minuto 23, tiene la segunda ocasión; pero el disparo salió desviado. Iban dos.
El Izarra buscaba llegar y Laborda la tuvo pero no llegó, por muy poco, a un centro al segundo palo en la ocasión mas clara para los locales y así se llegó al descanso. 0-0.
Empezó la segunda parte y se rompió el partido: ida y vuelta, intensidad, balón por aquí, balón por allá… pero nada.
Víctor entraba para buscar la velocidad y cambiar la tónica del partido; sin embargo, en la primera que tuvo, se emborrachó de balón y malograba la más clara para los visitantes. Era la tercera.
El partido se iba hacia a ese 0-0 que pudo cambiar si el trencilla pita ese penalti clarisimo sobre Ander Vitoria; pero el árbitro se hizo el «sueco» y se ciñó al guión de que Mercatondoa solo ofrece dos o tres oportunidades al rival y está hubiera hubiera era sido la cuarta.
Así se llegó al final del partido con 0-0 y esa sensación de que el Izarra tracatrá era un rival de nuestra Liga. Triste empate a cero.
Lo mejor es que llega el parón de Navidad a un equipo que lo pide a gritos para rasetearse, para intentar cambiar ese tres puntos de doce posibles y recuperar efectivos. Para buscar resultados que sean de 3 en 3 porque, si no, el play off se esfuma como dicen en Estella ¡tracatrá!